
Hay que Pensar con Siete Sombreros
A principio de los años 80, Edward De Bono, el conocido experto en creatividad empresarial presento el método de los Seis Sombreros Pensantes o “Six Thinking Hats”. Se trataba tanto de una herramienta de generación de ideas como de una técnica para optimizar el análisis de problemas. El método de los Seis Sombreros pretende ayudar al pensador a recorrer un amplio espectro de consideraciones antes de decidir la solución más adecuada. Esencialmente, ofrece un esquema para incorporar el pensamiento lateral el estudio de la realidad. Trata de colocar a los juicios de valor en una proporción adecuada, evitando que dominen el proceso de toma de decisiones, tal y como se suele pasar usualmente.
Seis puntos de vista sobre tu proyecto
Los seis sombreros representan a seis modos ó actitudes que el pensador puede adoptar y debe escoger. Metafóricamente, el pensador puede ponerse uno de los seis sombreros para indicar el tipo de actitud que está usando en cada momento. El hecho de ponerse y quitarse el sombrero es esencial. Es decir, que los sombreros tienen que ser usados pro activamente, haciendo que el pensador sea consciente de la actitud que tiene en cada momento. Los sombreros no deben ser usados nunca para etiquetar a las personas, incluso si una reiterada conducta individual nos invita a ello. Describamos ahora los seis sombreros identificados por De Bono:
Blanco | Cubre hechos, figuras y necesidades de información. Póntelo cuando percibas la necesidad de enfocar tu atención hacia los datos y abandonar momentáneamente los argumentos: «Creo que en este momento debo ponerme el sombrero blanco y dedicarme a observar y anotar de nuevo la realidad» |
Rojo | Cubre la intuición, las emociones y sensaciones. Con el sombrero rojo puesto en la cabeza el pensador tiene permiso para utilizar su intuición sin necesidad de justificarla. En una argumentación, solo lo podremos utilizar con el apoyo del razonamiento, pero las sensaciones son siempre genuinas y, a veces, la lógica puede ser espuria. |
Negro | Este sombrero es la lógica negativa, que ajusta la realidad por exclusión. Se trata del sombrero del juicio y la prudencia que utilizamos para valorar. El sombrero negro se utiliza en ese punto en el que las opiniones no se ajustan a los hechos, la experiencia, el sistema ó la política en uso. |
Amarillo | Es el sombrero de la lógica positiva: por qué algo debería funcionar y ofrecer beneficios. Puede ser usado para justificar una acción propuesta a través de los resultados esperados, pero también para encontrar algo de valor en algún acontecimiento que haya sucedido. Con este sombrero se ajusta la realidad por inclusión. |
Verde | Este es el sombrero de la creatividad, de la generación de ideas y alternativas. Póntelo para provocar a la realidad, para buscar lo que realmente interesa, para publicar una oferta de mejora y proponer cambios que consideres necesarios. |
Azul | Con este sombrero se gestiona todo el proceso de pensamiento. En términos epistemológicos, el sombrero azul está relacionado con el metaconocimiento y los para problemas. Con el sombrero azul en la cabeza, el director del proyecto puede recomendar, por ejemplo, la utilización de otro sombrero: “hay que pensar en algo más creativo así que poneros el sombrero verde, por favor». |
La bondad del uso de la metodología de los Seis Sombreros Pensante se fundamenta en las siguientes claves teóricas:
- Procurar que pensamiento sea lateral y abarque todo el espectro posible,
- Facilitar la activación de nuevos y diversos y puntos de vista y,
- Separar el ego del acto de pensar
Cada sombrero representa una posible orientación para nuestro pensamiento y tenemos seis direcciones posibles por donde investigar. La clave es considerar a cada sombrero, no tanto como una etiqueta, sino como una línea de trabajo. El método promueve que cada persona utilice varias “personalidades”. En palabras de Bono «hay que separar el ego y el acto de pensar» colocándose en la cabeza diferentes sombreros. Todos somos capaces de hacer esto sin caer en la esquizofrenia y contribuir a la exploración sin defender ego alguno, apoyando el punto de vista opuesto al que tuvimos en algún momento. Simplemente, porque hemos cambiado de sombrero consciente y voluntariamente. Dicho de otra forma, hay que ponerse todos los sombreros que podamos, uno detrás de otro.
¿Se puede cambiar de sombrero?
Cuando se piensa en grupo, por ejemplo, trabajando el alcance de un proyecto, mi experiencia es que es bastante difícil alguna persona cambie de sombrero a lo largo de una sesión de trabajo. Esto sucede de manera espontánea porque nuestra estabilidad emocional depende mucho del papel que adoptamos ante las cosas y cada uno tiende a ejercer un solo papel frente a los demás compañeros de trabajo: aquel por el que ha sido respetado por ellos en el pasado. Al comienzo de los proyectos, siempre cuento a mi equipo el método de Edward De Bono para promover su creatividad y facilitar la consecución del consenso. De vez en cuando pido que identifiquen el sombrero que llevan puesto y que se cambien de sombrero. A veces hemos construido seis sombreros con papel de colores y los hemos hecho rotar entre todos los miembros del equipo. Cuando alguien se enroscaba en una actitud, ha sido un juego divertido y beneficioso ofrecerle un sombrero de diferente color.
Un séptimo sombrero
Yo creo que, para pensar en grupo, necesitamos de un séptimo sombrero. Más pequeño que los demás, porque hay que llevarlo siempre puesto y es necesario poder insertar cualquiera de los otros encima. Se trataría de un sombrero referido a la esencia de lo humano: su afán de trascenderse a sí mismo. ¿Por qué me atrevo completar al gran experto De Bono? Sencillamente porque los que piensan son personas a las que es necesario considerar como tales y hay que ser conscientes de ello. Los humanos somos inteligentes, pero también somos animales. Y como todos los mamíferos superiores, para pensar correctamente, necesitamos grandes dosis de seguridad, estima y afecto. No estoy haciendo una broma y propongo que el séptimo sombrero lleve los colores del Arco Iris, porque siempre ha representado la alianza entre el universo y todos los hombres entre si. Veamos como describir a este sombrero:
Arco Iris | Lleva siempre puesto el sombrero de la consideración y reconocimiento de los demás. Cuida de la capacidad de juego y de aprendizaje de todos. Respeta la libertad de todos, ayuda en lo que puedas a los más débiles y disfruta de la simplicidad. |
Mi consejo es que cuando dirijas proyectos, debes asegurarte de que todos los miembros de equipo sean conscientes de llevar siempre puesto este sombrero. No es muy difícil.
Bibiografía.
- De Bono, Edward, Six thinking hats. Little, Brown and Company, 1985. Toronto. Ontario.